jueves, 10 de marzo de 2011

Fracaso Escolar...Emilio Calatayud

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACION DOCENTE Nº19

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EDUCAR PARA EL TRABAJO

Un desafío para los docentes de la Postmodernidad






Lic.Gloria Zulma Miguens










- FEBRERO 2011 -


Indice

Resumen……………………………………………
Introducción………………………………………...
Desarrollo temático………………………………..
Conclusiones……………………………………….





Resumen

El presente ensayo tiene como objetivo plantear un debate y algunas reflexiones y conclusiones sobre el “cómo” y el “para qué” educar en los tiempos modernos.
Los alcances de la figura del docente, su función transformadora y propulsora de sujetos activos, críticos, con capacidad de reflexión y de resolver problemas en su entorno socio-económico-cultural a partir de instrumentos de la Educación en Tecnología.
Dedicado los docentes y educadores, es una recopilación de información con elaboración de la autora, con la esperanza de iluminar algunos aspectos de la práctica docente y de la adquisición de conocimientos del alumno de niveles Medio y Superior.



Introducción

Para que los profesores seamos formadores de actores participativos en la sociedad , deberíamos seguir el camino de otros países en los que la educación superior educa para el Trabajo.
Cómo podemos llegar nosotros? Si nuestro sistema educativo ha educado históricamente para el Empleo ,
Debemos preguntarnos entonces cómo educar, a quiénes y para qué.
No es el objetivo del presente ensayo, dar respuestas absolutas (quién pudiera), pero si, reflexionar con un objetivo productivo y creador.
Hoy se podría decir, que la educación pretende ocupar un lugar que busca el reconocimiento de las prácticas juveniles incluyéndolas en propuestas pedagógicas que les posibiliten fortalecer su identidad, construir proyectos de futuro y acceder al acervo cultural, atendiendo a los sujetos en su complejidad
Ahora bien, ¿podemos los docentes asegurar esas condiciones a nuestros alumnos con las herramientas que poseemos y la realidad educativa actual?
Hoy se busca la actualización en nuevos conocimientos y metodologías más recientes. Y con la irrupción de la informática de las últimas décadas, la escuela se ve inmersa en una nueva escena de lectura: la pantalla de la computadora.
hoy la cultura implica también lo tecnológico. No podemos pensar en la modernidad, o postmodernidad ,sin una pantalla.





Desarrollo temático


Se ha planeado que para que un profesor sea formador de actores participativos en la sociedad , debería hacer hincapié en la educación superior logrando un cambio de paradigma y educar para el Trabajo.
Cómo podemos llegar nosotros? Si nuestro sistema educativo ha educado históricamente para el Empleo, modelo perimido debido la explosión demográfica y la globalización de la economía, por no poder aportar visión de futuro en los jóvenes propiciando el desempleo por la gran cantidad que llegan al mercado laboral. Asimismo, éstos mismos jóvenes deben estar mucho más y mejor capacitados. Ya no pueden salir a buscar empleo como lo hacían sus abuelos, sin un título o sin capacitación. Hoy deben estar a la altura de las circunstancias y de la feroz competencia (recuérdese la explosión demográfica).
Entonces nos preguntamos cómo educar, a quiénes y para qué.
Podemos comenzar haciendo retrospectiva para intentar explicarnos cómo hemos llegado a la realidad actual.
A catorce años de la Transformación del Sistema Educativo en la Provincia de Buenos Aires, los mayores desafíos implican concebir una educación para el Siglo XXI. La Dirección General de Cultura y Educación elabora nuevas propuestas pedagógicas que pretenden “garantizar la terminalidad de la escolaridad, que brinde herramientas para transitar el ámbito laboral y para se ciudadanos en condiciones de ejercer sus derechos y deberes con respeto por las instituciones democráticas, y con peno ejercicio de las propias prácticas sociales y culturales” (Diseño curricular para la educación secundaria, 2008).
Históricamente la educación secundaria se constituyó como un ciclo preparatorio para estudios superiores, reservado para las futuras clases dirigentes, “seleccionando” alumnos que cumplirían con dichas condiciones.
A medida que el sistema educativo del país se fue expandiendo, la escuela primaria absorbió sectores tradicionalmente excluidos con el posterior desborde de la escuela secundaria que fue perdiendo su cualidad selectiva a raíz de los cambios socioculturales, históricos y políticos. Asi, a la preparación para estudios superiores se sumó la necesidad de formar para el trabajo.
Hoy se podría decir, que la educación pretende ocupar un lugar que busca el reconocimiento de las prácticas juveniles incluyéndolas en propuestas pedagógicas que les posibiliten fortalecer su identidad, construir proyectos de futuro y acceder al acervo cultural, atendiendo a los sujetos en su complejidad y apelando a la buena convivencia entre generaciones, para la que los adultos en la escuela, son responsables de transmitir la cultura a las nuevas generaciones.
Hoy la escuela pretende reconocer a los alumnos como sujetos que desde sus propias prácticas, por lo que busca reconocerlas y transformarlas en parte constitutiva de las experiencias pedagógicas de la escolaridad. Es necesario intervenir y actuar en los conflictos implicados en las relaciones sociales de nuestra sociedad compleja y desigual. Para el pedagogo progresista brasileño Paulo Freire, también la educación tiene que formar individuos capaces de transformar la sociedad desde una escuela “feliz y activa”
A modo de autocrítica y autoevaluación: ¿podemos los docentes asegurar todas esas condiciones a nuestros alumnos con las herramientas que poseemos y la realidad educativa actual?
Conocimos una escuela “inclusiva y dadora”, de un momento a otro la escuela se convirtió en un refugio y casi la transformó en un sitio de búsqueda de abrigo que pudiese contener a los alumnos solo para que no se encuentren en las calles…pero eso, ¿es educar?
La desigualdad social y escolar hace formular preguntas sobre cuanto se enseña y se aprende, las nuevas experiencias sociales que deberían incluirse y los caminos hacia el futuro.
Ya a principios del Siglo XX se acuñó el concepto de “escuela como campo de experimentación y de cultivo para ideas sociales” afirmado que “la sugestión plasma maravillosamente cerebros y carnes tempranas”. (Historia de la Instrucción Primaria en la República Argentina, 1910, p.47 y 153).
Aquí nos encontramos con un área de quiebre del modelo de educación técnica o vocacional actual .
La actualización en nuevos conocimientos y metodologías más recientes es crucial. Y con la irrupción de la informática de las últimas décadas, la escuela se ve inmersa en una nueva escena de lectura: la pantalla de la computadora. Ya no hay una linealidad como la de la escritura tipográfica, ahora se “navega” por imágenes, sonidos y textos, lo cual plantea nuevos desafíos para la enseñanza, principalmente atendiendo a la distribución desigual de esos “bienes culturales”. Hoy a comienzos del siglo XXI y frente a la irregular distribución de la riqueza y a los excluidos del acceso a la actual lectoescritura, sería vital construir una escuela que fuera un espacio de acceso, promoción y difusión de la lectoescritura para todos.
Todo ello tendría que poder enfocarnos en un cambio de la educación para el empleo, a la nueva educación para el trabajo, formando nuevos ciudadanos creativos e innovadores munidos de instrumentos y conocimientos (o sea, de cultura, como dicen los autores). Pero hoy la cultura implica también lo tecnológico. No podemos pensar en la modernidad, o postmodernidad como diría Lyotard, sin una pantalla.
Hoy con una educación en tecnología, los alumnos tienen que adquirir la capacidad de ser productivos con visión científica de la realidad circundante, que sean capaces de tomar decisiones y de manejar distintas fuentes de información que les permita plantear problemas y elaborar soluciones sin una respuesta única, apelando a las nuevas herramientas del Conocimiento Tecnológico para poder ser actores en el mundo que los rodea y no meros espectadores. Les debemos un cambio que los posicione en el mundo globalizado. Ya no se necesitan operarios, la postmodernidad necesita individuos transformadores que desarrollen sus competencias y los docentes somos los encargados de brindarles los instrumentos.
Venimos de un modelo Conductista donde se establece lo que se debe hacer y ello atenta contra el pensamiento crítico y problematizador. Es el momento de virar al Constructivismo, construyendo sujetos activos. Pero ¿sabemos cómo? ¿podremos en la postmodernidad?
Ya Jaime Barylko (1996) habló de la crisis de valores y de la desintegración de las creencias, como la autoridad, tan arraigada a la educación formal, pero desestimada en la posmodernidad donde el saber se fundamenta en la comunicación y en los lenguajes cibernéticos e informáticos.
Hoy transitamos una “Modernidad Líquida”, como asegura Zygmunt Bauman, donde la vida se caracteriza por no mantener ningún rumbo determinado y definida por la precariedad y la incertidumbre. No nos permitimos que nos puedan sorprender desprevenidos o ignorantes de los sucesos que van a un ritmo negativamente vertiginoso. El saber debe ser funcional, no como un valor en si mismo,
Dada la velocidad de los cambios todo es efímero, entonces nuestros jóvenes ¿podrán valorar la educación como un patrimonio del “yo”? ¿serán capaces de ver al docente como un sujeto valioso para su educación?
Actualmente el desinterés por aprender aquello que nuestra sociedad desprecia por inútil, desde el punto de vista utilitario y productivo. Parecería que las actividades educativas se condicionan a las expectativas del mercado.




Conclusiones

En la sociedad posmoderna se ve el saber en sentido funcional pero no como valor en si mismo, no hay valores superiores o inferiores, no hay escala, y todo es momentáneo y vale mientras cumple cierta función. Y como la escuela “preparaba para el futuro” hoy sería un absurdo para la era de lo momentáneo, inmediato y pasajero, independiente de ley alguna, autodestructivo, velóz y abarrotado de información. Lo que es inútil se descarta en la sociedad de consumo y el mundo globalizado. La ascensión es para aquellos que sirven al sistema de mercado.
Frente a esto la educación podría convertirse en meramente una forma de ganarse la vida y deje de ser una experiencia que permita al individuo explorar el modo de vivir mejor.
Debemos revertir la noción que se ha instalado en nuestros jóvenes que aprender es un trabajo que demanda grandes sacrificios, que requiere un gran esfuerzo individual sin guía ni ayuda, concepto que debemos revertir los docentes, y sembrar en los alumnos la idea del docente que “abre puertas” para que ellos se interesen en la exploración. Que sepan que no están solos en el proceso. Que no son meros (y cómodos) espectadores en lugar de ser protagonistas del descubrimiento.
Los alumnos tienen derecho a sentir que necesitan de la educación para alcanzar la plenitud que les pertenece. Que el nuevo lo liberará de la antigua “donación” de conocimientos y lo llevará a una educación problematizadora.
Pero debemos ser conscientes los docentes de la crisis y la ruptura actual entre escuela, familia y sociedad, Tal vez el drama de la escuela actual sea su soledad de familia y sociedad. Tal vez el mayor desafío del educador sea revertir la tendencia postmoderna a liberarse de las cosas x sobre el adquirirlas
Hoy el desafío es: NUEVOS ALUMNOS, NUEVOS DOCENTES.-

Educar para el Trabajo (Ensayo)

Éste ensayo plantea dos interrogantes: "cómo" y "para qué" educar en los tiempos modernos.

¿Qué piensan?
¿Cómo podemos los docentes hallar las respuestas?

Bienvenida

PENSAMOS JUNTOS????
Nuestros alumnos serán los formadores y dirigentes del mañana
¿Qué les estamos ofreciendo?